Boom... boom... boom... BOOM!
Me despierto un poco agobiado. Esta no es mi cama. Miro el reloj digital que me despertaba cada día a las 7 de la mañana, a pesar de que empezaba las clases a las 9. Ojeo un poco alrededor, mi padre ha pasado la noche fuera, me acosté ahí para hacer compañía a mi madre, pero ya no estaba. Habrá ido a trabajar.
El corazón me late fuerte.
"Hay algo que me agobia, no quiero recordar el qué". Unos pocos minutos fueron suficientes para que los recuerdos esquivasen los obstáculos que les empedían penetrar mi cabeza. ¿Qué más da? Seguro que ya queda menos.
Intento recordar una frase de una canción que me había gustado bastante y logró hacerme sonreir. No hay manera, mi memoria encoge por segundos. "Tonterías" dice mi madre cuando le explico que tengo memoria de pez. Pronto olvidaré mi nombre.
- Me estoy volviendo loco. Seguirás queriéndome si me vuelvo loco?
- Claro! yo siempre te voy a querer.
- Cuando empiecen las clases me pondré a comer como un cerdo. Me querrás si engordo?
- No! no, no, no, y no. Si engordas dejaré de quererte.
- Sólo eres mi amiga por mi atractivo cuerpo... lo sabía!
Reímos un poquito. Se siente como una caricia sobre una herida reciente, como un soplo donde más pica. Ya no me resisto ante nada, dejo que mis pies anden sin mi permiso y me lleven al hoyo más oscuro y profundo. No voy a resistirme ante el cariño, la ilusión o el miedo. Nada es para siempre. Ya lloraré mañana lo que he reído hoy.
- Eres la chica más especial de mi vida.
- Y tú el chico más especial de mi vida.
Mis recuerdos se pisan unos a otros. Estoy en la estación de autobuses. No hay sol, estoy solo. Nunca he estado solo aquí. Qué recuerdo es este? Estoy descalzo.
El oleaje no te deja ver... que la orilla está al llegar.
Esa es la frase que me hizo sonreir. Además de esperanza, me trae recuerdos. He olvidado tantas historias... pero todas forman parte de mí.
Aparezco en la ducha. Nadie lo sabe... pero aquí el mundo se para. Creo que es culpa del agua. Me traslado a la playa. Este recuerdo sí es real, es invierno, hace frío, llevo ropa de abrigo, pero no llevo calzado. Claro... vine patinando. Me quedo mirando un rato el horizonte, el sol, la orilla, las parejas paseando. He dejado tanto atrás... no pensé que llegaría tan lejos. Ya el sol no me habla, solo susurra, no puedo oirle con claridad, y es mi culpa. Antes solía derramar alguna lágrima de alegría al visitar mi lugar. Ahora que estoy aquí de nuevo... siento como mis ojos se vuelven llorosos, pero de pena y nostalgia. Voy a seguir adelante. Algún día será muy tarde y todos pediremos deseos rogando el perdón, porque nadie actuó bien.
Intenta esquivar tu destino un ratito... si se rompe... mala suerte, amigo.
No comprendo el puzzle. No lo entiendo y siento miedo. He visto como se rompen los cuentos de hadas, el hombre posee la libertad de rechazar su destino, por maravilloso que pueda ser. Nunca pensé que fuera tan débil.
No todo lo que reluce es oro.
No todas las palabras importantes hablan de amor.
Temo convertirme en una de esas personas que se enmascaran con seriedad y ocultan sus sentimientos y su vida, como si de un gran secreto se tratara, tan sólo para no sentirse emocionalmente vinculado a nadie. Me siento pequeño, minúsculo. Esto me queda grande. Y nadie se digna a guiñarme un ojo. Sería tan fácil gritar acompañado...
Todo el universo para mí es pequeño.
No lo ves?
Si tú no estás... (8)
Las personas dedican canciones de amor a personas a las que no aman, sólo intentan crear momentos bonitos... Poca gente siente que el universo es pequeño. Poca gente siente lo que dice. "Te quiero, mi vida". ¿Mi vida? Palabras muy grandes.
También me frustra oír la calificación de determinados sentimientos. No todas las emociones tienen nombre.
Vuelvo a estar en la playa. Pero más cerca aun de la orilla. Hablo, no sé a quién. Me siento un tanto furioso, más bien decepcionado. Me siento solo, y le culpo.
"Yo me lo busqué"
Contesta sin voz ni cuerpo.
Quisiera saber quién eres, pero no me atrevo a preguntar. Siempre digo las palabras incorrectas cuando se trata de ti. Me pregunto por qué haces todo esto, me pregunto dónde te escondes, y cómo consigues que te escuche. Me pregunto si eres él o ella. Me pregunto a qué mundo perteneces. Me pregunto si más gente te conoce, o si soy el único afortunado. Me pregunto por qué me quieres, no he hecho nada por ti, y conoces bien mis defectos y debilidades. Me pregunto cada día cosas nuevas a los pies de esta orilla que se tambalea.
Ya ni mis textos conservan la cordura.
Sonrisas, abrazos, besos, "tequieros"... para mí. A quién veis cuando me miráis? Por qué no le veo yo también? Por qué siento que me alejo más y más de mí? Como si de una despedida sin beso se tratase. Me alejo sin mirar atrás mientras siento la mirada de mi yo pasado en la nuca. Es que nadie va a pararme?
Siento ansias de frío, para poder refujiarme y ocultarme en mi ropa de abrigo. Sólo la brisa fría en la cara me hace sentir vivo. Grita.
Como una larga pesadilla custodiada por una noche de fiebre y delirios.
Más adelantos de un futuro posiblemente próximo. Grita.
Terminaré el texto, lo publicaré a pesar de su desorden y locura, a sabiendas de que nadie lo leerá.
Luego ordenaré un poco esta pocilga. Quizás encuentre respuestar en algún rincón.
Voy a vestirme con la ropa que mejor tape lo que tengo dentro.
Me pondré mis amados zapatos marrones para cargar con mis recuerdos un día más.
Y luego... luego saldré a la calle sonriente, como solía hacer.
Voy a sonreir con la sonrisa más falsa que pueda lograr.
Espero que no duela. Pienso reirme de algún chiste cutre.
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