martes, 30 de noviembre de 2010
viernes, 5 de noviembre de 2010
martes, 2 de noviembre de 2010
He perdido la cuenta de los días que llevamos sin hablar. Sé que han sido pocos, pero se me hace eterno. Empiezo a ser cruel como al principio. Hablo del principio como si realmente supiera dónde está.
Empiezo a creer que necesito escribir para no enloquecer. Pero vaya, quizá sea al contrario. Nunca me había llamado tanto la literatura como en los últimos meses. Y cuanto más escribo, más quiero escribir. Y esas ganas potencian mi profundización en lo ilógico de mis pensamientos. Se me hace amargo comprobar que tenías razón, soy un puto loco. Y me da miedo convertirme en ti.
Hace unos minutos charlaba con el pilar que ha soportado mis delirios este tiempo. "He leído de nuevo esos textos. Está loco. Me aterra enloquecer como él. Y por el momento ya escribo como él. Y mi ánimo se encamina al suyo".
Quiero dejar constancia de mi existencia cuando muera. Y no por el hecho de vivir estando muerto, sino de disfrutarlo en vida.
Justamente estaba replanteándome mis publicaciones en internet. Cualquiera puede buscar mi nombre en google y encontrar esto. Bien, y acabo de contar que estoy perdiendo la cabeza.
Amigos, perdonadme.