martes, 30 de marzo de 2010

Viniste a mí con la mirada perdida y la sonrisa aturdida,

estabas cansado de vivir, tus palabras de agradecimiento

consumieron lentamente mi alma hasta enamorarla.

Luego la verdad rió en mi cara, contando cruelmente que eras una burla,

que no eras más que un embustero, y jamás cumplirías la

promesa de besarme a la orilla del mar.

He de aceptar que ocasiones he llegado a pensar que

eres un fantasma, o quizás un ángel.

A menudo te siento cerca. Te busco con la mirada por las calles,

pero logro el mismo frustrante resultado.

Dime entonces de dónde proviene tu presencia. Dónde estás

realmente, clavándome la mirada en la nuca,

sonriendo como la última vez.

Dime por favor si eres real

o pruducto de mi imaginación.

viernes, 26 de marzo de 2010






























Qué difícil es tener glamour.
No pienso intentarlo!

viernes, 12 de marzo de 2010

Aquel joven pianista estaba sentado en una de las incómodas butacas de aquel teatro, esperando su turno en el concurso. Pasaron horas mientras tocaban diferentes grupos. Él bostezaba aburrido, esperando que alguien tocara alguna canción de su gusto. Entonces sonó cambiando su cara radicalmente. Era su canción. No podía entenderlo; por muchas veces que escuchase esa melodía, siempre sentía el mismo cosquilleo que sintió la primera vez que la escuchó, al lado de su primer y único amor.

Las luces que enfocaban el escenario deslumbraban más y más, impidiéndole ver al grupo que tocaba. Se tapó los ojos con las manos escandalado. Para cuando las bajó, la imagen era muy diferente; el grupo había desaparecido, y en su lugar cantaba un joven conocido, pero la canción seguía siendo la misma.

En cuanto sus ojos enfocaron, lo descubrió, era él, su antiguo chico, cantándole como el primer día en que se vieron. Bajó del escenario terminando la canción a susurros en su oído. Al acabar, el chico se esfumó como el humo, y el grupo reapareció en su sitio, despidiéndose mientras agradecían los aplausos.

No le importaba si aquel momento fue cierto o no. Porque era suyo, y lo guardaría escondido hasta el día de su reencuentro con su alma gemela.

Estábamos tocando cuando llegó el amargo recuerdo robándome cada uno de los acordes.