jueves, 7 de junio de 2012

Hace casi siete semanas que no sé nada de ti, no sé cómo te va o si has besado a alguien más. Hace casi siete semanas que me siento hueco, que recito poemas tramposos. Hace casi siete semanas que me quemé los dedos con una colilla.

Cada noche hago uno de mis famosos viajes en el tiempo, esos que yo te solía contar, y vuelvo a la maldita noche en la que nos volvimos enemigos, intento cambiarla, intento evitarlo todo, intento dejarte claro lo mucho que te quiero, pero cada noche, tras el viaje, vuelvo a mi cama, con lágrimas en la cara, los dedos quemados y el mismo vacío en el pecho.

Y aunque aprenda a vivir sin ti siempre te echaré de menos.