miércoles, 6 de octubre de 2010



A veces no es el colgante... sino su cadena.














Gracias a una frase mal oída de una canción he descubiero lo fácil que resulta dañar. Yo mismo sabría perfectamente como hacer llorar a gritos a alguien. Es facilísimo. Cómo acabar con la felicidad en cuatro simples pasos. ¡Llame ahora y le enviaremos de regalo el manual de cómo volver loco a un adolescente!



Toto, mu.



No recuerdo bien esa frase que decía que para seguir adelante uno tenía que caminar hacia atrás. Solo me viene a la mente las mismas palabras: No consigo averiguar qué día empezó todo.

Quería contar mi historia, pero no consigo hallar el principio de todo. ¿Junio? no... ¿Diciembre de 2008? ¿2007? ¿La noche en la que soñé aquello? ¿Quizá el día que escuché el cuento? ¿Quizá el día que ese cuento se escribió? Quizá mucho antes... quizá hace poco.



Pero el principio no es tan importante como el final. Así como el colgante no sería importante sin la cadena.

3 comentarios:

Sweetdie dijo...

No voy a menir, no llego a entenderlo del todo, pero me gusta.

Lo de la botella, nosé solo las e visto en una pequeá tienda del escorial y me encantó me recuerda a aladin y al genio mágico nose porqué...las formas supongo

un beso:)

Unknown dijo...

Creo que ambos se complementan, por si solos el colgante y la cadena no tienen mucha importancia, pero cuando sumas dos y dos...el resultado podría sorprenderte.
Un Beso :)

Loquenoves dijo...

A mi me gusta muchísimo.. Un besito