miércoles, 30 de junio de 2010

Tocamos en el esperado "concierto" (para nada, no ganamos una mierda), me recorrí el pueblo dos veces,estuve fuera todo el día. ¿Para qué? para poder dormir bien. JA! xD. Tres horas dando vueltas antes de caer desesperadamente dormido. En tres horas uno tiene tiempo de pensar en tantas cosas, que da miedo cuando encuentras verdades. Me despierto oyendo la voz de mi hermana, me insiste en que me levante temprano, para así poder dormir mejor a la noche siguiente. No creo que sea útil. Mi problema no es físico. Iré al cine para ver una peli que no creo que me guste mucho, y sé que no es la adecuada para mi estado de ánimo, pero todo sea por llegar tarde a casa, y dormir nada más meterme en la cama.
Me miro en el espejo antes de meterme en la cama. Tengo los labios brisados, cara de zombie, trasquilones en el pelo, y esa barba que detesto, pero con la que tengo que convivir por asuntos médicos. Me fijo en la ropa. No es la mía. ¿De quién voy disfrazado? No soy yo.
Me meto en la cama, y como ya he dicho, doy vueltas durante algunas horas que aprovecho para pensar en temas ya asqueados. Dormí. Desperté cuando el sol clareaba y entraba sigiloso por los huecos de mi persiana. Sonreí, había conseguido dormir hasta el día. Meta conseguida. Di un par de vueltas antes de volver a caer dormido. Sólo recuerdo un sueño. Un hombre enorme vestido con trapos blancos. No, no era Dios. Supongo que sólo era enorme para sentirme protegido. Supongo que iría de blanco para que me fiera de él. Recuerdo poco sobre esto, pero sí recuerdo lo bien que me sentí. Repetiría.
Mientras escuchaba las voces que daba mi hermana, me vestí. Bajé al comedor y tomé dos galletas de chocolate y medio vaso de batido de fresa. Eso no es un desayuno. Y ahora qué? Qué hago? No tengo ganas de "hacer".

No hay comentarios: