viernes, 12 de marzo de 2010

Aquel joven pianista estaba sentado en una de las incómodas butacas de aquel teatro, esperando su turno en el concurso. Pasaron horas mientras tocaban diferentes grupos. Él bostezaba aburrido, esperando que alguien tocara alguna canción de su gusto. Entonces sonó cambiando su cara radicalmente. Era su canción. No podía entenderlo; por muchas veces que escuchase esa melodía, siempre sentía el mismo cosquilleo que sintió la primera vez que la escuchó, al lado de su primer y único amor.

Las luces que enfocaban el escenario deslumbraban más y más, impidiéndole ver al grupo que tocaba. Se tapó los ojos con las manos escandalado. Para cuando las bajó, la imagen era muy diferente; el grupo había desaparecido, y en su lugar cantaba un joven conocido, pero la canción seguía siendo la misma.

En cuanto sus ojos enfocaron, lo descubrió, era él, su antiguo chico, cantándole como el primer día en que se vieron. Bajó del escenario terminando la canción a susurros en su oído. Al acabar, el chico se esfumó como el humo, y el grupo reapareció en su sitio, despidiéndose mientras agradecían los aplausos.

No le importaba si aquel momento fue cierto o no. Porque era suyo, y lo guardaría escondido hasta el día de su reencuentro con su alma gemela.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

ammmm ok ke ke boinito no no lon tiendo pero bueno boi aser el primero en cometar esta cosa ^^

Anónimo dijo...

lo de ante fui yo ke pone snonmo espake no sepas kien soi y sin n sabes ke soi el juanjo jajaja asin ke kedate con la duda de kien soi

Patricia dijo...

Precioso sin ninguna duda. Precioso
Un blog genial!
Te sigo

Sammy dijo...

me ha encantado. a veces los sueños o ilusiones superan a la realidad...ojala me pudiera ir a vivir allí.