viernes, 4 de marzo de 2011




Para que una guerra acabe, uno de los bandos debe ser totalmente compasivo y bondadoso. Sino, los actos de uno siempre estarán defendidos y justificados por los actos anteriores del otro. Cuando uno de los bandos no tenga con qué culpar al otro, entonces la guerra no será más que un juego en el que el matón se ría del pacífico, hasta que el primero entienda el papel que juega; el de cobarde armado.

3 comentarios:

Sweetdie dijo...

eso de , dos no pelean si uno no quiere no?El problema es cuando tú quieres y el otro también

Anónimo dijo...

Me asombran tales verdades.

Iñaki dijo...

Tienes toda la razón, me encantan las fotos!