Creía que perder ese ala era cosa de broma. Pero no. Supongo que me ha hecho recordar que un día perdí dos. En su momento sentí que jamás podría aceptarlo. Hará cosa de tres días le contaba a un amigo que, ya no es pena, no agobio, simplemente es pensar que algo ha acabado, ha cambiado. Y punto. Y es raro ver que el tiempo ha convertido una cosa en otra. Tantas cosas en otras. Y la pregunta es ¿eso es todo? ¿ya? Parece que algo tan grande no puede quedar reducido al recuerdo, y quedo encadenado a todo. Pienso que nunca aliviaré esa mancha. Aunque tampoco me creía capaz de vivir sin alas. Y miradme. Sonrío, porque pocos pueden decir que volaron.
La pena no es que el tiempo pase, sino que la vida cambia. Y menos mal que cambia.
La pena no es que el tiempo pase, sino que la vida cambia. Y menos mal que cambia.
2 comentarios:
El primer paso es darse cuenta: la vida cambia.
A veces para bien, a veces para mal y los recuerds pueden ser algo muy poderoso.
Un Beso :)
Increible... Una gran lección de moral.
Fran (;
Publicar un comentario