He de aceptar que ocasiones he llegado a pensar que
eres un fantasma, o quizás un ángel.
A menudo te siento cerca. Te busco con la mirada por las calles,
pero logro el mismo frustrante resultado.
Dime entonces de dónde proviene tu presencia. Dónde estás
realmente, clavándome la mirada en la nuca,
sonriendo como la última vez.
Dime por favor si eres real
o pruducto de mi imaginación.
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